Es mostren els missatges amb l'etiqueta de comentaris entreteniment. Mostrar tots els missatges
Es mostren els missatges amb l'etiqueta de comentaris entreteniment. Mostrar tots els missatges

dijous, 26 de desembre del 2019

Star Wars: el ascenso de la naftalina


Te lo dicen los créditos iniciales: “los fantasmas han vuelto” y es así. Y es que en The Rise of Skywalker no solo reaparecen Luke y Han Solo, sino que lo hacen toda una troupe de  secundarios de la primera trilogía (y hasta la estrella de la muerte como bonus track), que se esfuerzan en borrar los senderos que había tomado Rian Johnson en la polémica The Last Jedi. Estamos ante una nueva entrega de la saga galáctica que vuelve al universo ochentero, tan fresco entonces como recalcitrante en nuestros días. 
J. J. Abrams, como era de esperar, ha infantilizado todas las tramas (por favor, ¿alguien se reía con este humor solo apto para bebés y para boomers?) y las ha bañado de un conservadurismo que juega muy a la contra de la idea de “rebelión”. Aquí todos los logros de los nuevos (y jóvenes) protagonistas, como (nada menos) que derrotar a un resucitado Emperador ocurren gracias a la intervención de las viejas glorias: Rey derrota a Palpatine gracias a las espadas de Luke y de Leia a falta de una suya propia; la resistencia derrota a toda la flota imperial gracias a Lando y sus viejos compañeros de las antiguas sagas; Han Solo convence a Kylo Ren para pasarse al bando “bueno”; un Luke semitransparente impide que Rey tire la toalla, etcétera etcétera, etcétera. Y no nos olvidemos que los créditos finales empiezan con los nombres de Carrie Fisher (Leia) y Mark Hamill (Luke) por todo lo grande, cuando solo tienen cameos. Pero de eso va esta película: ellos son lo más importante. Es decir, los jóvenes no pueden tomar caminos propios y ser dueños de sus vidas, sino que están ligados a la idea patriarcal de la familia, de la que dependen y la que los guía. Un concepto de lo más arraigado la idea de “lo estadounidense”, una cultura que a falta de ídolos e historia pasada (no olvidemos que es un país “joven”) necesita aferrarse a algo: los héroes populares, que son inmortales y que no pueden ser mancillados, como hizo Johnson con Luke en la peli anterior.
Así pues, estamos hablando de una entrega mucho menos política que su predecesora, que hablaba en clave metacinematográfica de la muerte de las leyendas y los héroes (de lo que significan estas palabras hoy en día), una reflexión muy valiente que hizo que la saga (por fin) conectara con el siglo XXI. Pero J. J. (gracias…) lo ha enviado todo al garete. Ahora Rey tiene que ser hija de alguien importante (porque los héroes siempre lo son); ahora un “héroe” descarrilado como Luke tiene que reconocer que lo que pasó en el pasado episodio con su personaje era una especie de broma: “Tranquila”, dice a Rey, “Todos cometemos errores” (¿pillas la indirecta de Abrams, Rian Johnson?); y J.J. vuelve a llenar las cabezas de los espectadores de bullshit seudofilosóficos (que ya no cuelan a día de hoy), tales como “tu destino es afrontar tus miedos” o frases similares que parecen sacadas de un libro de Paulo Cohelo.
A nivel social también todo parece de cartón piedra. He oído por algún lado un “¡Qué bien que en la película haya un beso lésbico!”. Miedo tenía Abrams de que los fans millennials se le lanzaran encima, esperando un desenlace satisfactorio para la relación Finn-Poe, tan comentada en redes. Pero es que sustituir un momento “homo” entre dos protagonistas por un momento “homo” (de sólo un segundo) entre dos figurantes de fondo compensa? Yo creo que no. Luego también hay quien dice “¡Qué bien, por fin una peli feminista, que hay una tía nueva badass!”. Sí, una chica que el único atributo que tiene es llevar un casco molón, pues a parte de que no mata a ningún “malo” importante, queda convencida en un segundo de ayudar a un grupo que podría salvarla de sus problemas económicos y en seguida cae en brazos de un tío que por lo que parece la jodió viva.  Súper independiente y líder, ya veo… Y ¡qué bien! Ahora ya sabemos que Abrams respeta a las etnias tribales, pues muestra la fuerza de los arcos contra naves acorazadas. Muy lógico… Pero bueno, Abrams se queda con la consciencia tranquila de haber puesto todos los tokens que “tocan” en el año 2019 porque sí. O quizás no tanto “porque sí”, ya que las dos chicas nuevas sirven a la vez de love interests de Poe y Finn y ayudan a ahuyentar las teorías de su posible relación “homo”...
Más allá de esta vuelta artificiosa a los 80s en lo político y moral, el afán de Abrams por borrar la marca Johnson de su film ha causado que esta entrega parezca más una trilogía entera en una película, que una película dentro de una trilogía, porque partimos casi casi de cero, lo que causa grandes daños a nivel de guion. El “grupito” está casi todo el rato junto, haciendo la historia mucho más lineal (y aburrida) que su predecesora, donde saltábamos de una Rey entrenando, a un Poe Dameron lidiando con Leia y Holdo, pasando por un Ren confundido y por un Finn y una Rose acabando con la esclavitud. Por cierto. Pausa. ¿Qué ha pasado con Rose? Ah, sí, que no encaja en el canon casposo de heroína (es asiática y no es supermodelo, ¿recordáis?), así que Abrams hace que de casi protagonista se convierta en una mera figurante sin explicación. Muy mal.
Aunque lo peor del guion a nivel más “técnico” es que se plantan muchas cosas para recogerlas solo unos minutos después (tenemos el caso de la insignia Premium Pass que Bliss da a Poe poco después de enseñársela) o el hecho de que “los robots son útiles”, que se prueba explícitamente sólo un segundo después y lo mismo con el hecho de “no estamos solo”. En definitiva, que más que recursos de guion yo los llamaría sin pelos en la lengua deux ex machinas, pero bueno...
Y luego está el juego de las incoherencias de guion en sí (¿llegados a este punto a alguien le importa esto?). Poe es ascendido a pesar de que en el film anterior (mucho más realista) se ponía a alguien mucho más sabio y capaz que él (Holdo) en su posición. Pero claro, él es el héroe y tiene que ser el líder antes que un secundario. Después está todo el asunto de la lengua Sith y C-3PO. Quizás no les puede traducir la ubicación del Emperador, pero bien lo podría escribir o simplemente guiarlos hasta el lugar sin pronunciar la frase, ¿no? ¿Y qué me decís de lo de las inscripciones del triangulito-brújula-Sith que de golpe aparecen en los libros de Luke (libros que Rey no puede leer porque dice desconocer las lenguas que contiene? Pero claro, hay un dibujito sospechoso que seguro que tiene que ser lo que desde siempre andaban buscando. Después me he perdido con la cronología. Si Palpatine tenía unos 60 años en la primera película de la precuela, debía de acabar el sexto episodio centenario y allí Luke aún era un veinteañero. Entonces ¿cuándo demonios engendró el padre/madre de Rey? Es que no sé vosotr@s, pero yo los he visto muy jóvenes cuando ella no es más que una niña.. ¿Y porque Hux está tan desaprovechado como personaje siendo de golpe, sin sentido alguno, un traidor, que encima admite a sus contrincantes, y a la primera de cambio, su punto flaco (la envidia que le tiene a Ren)?
Pero hay más. Luego está la peor escena de la peli: la del planeta del desierto. 
¿Por qué los chatarreros no han cogido las piezas de la nave de Ochie, que lleva muchos años allí? O simplemente, si la nave funciona, ¿por qué nadie ha huido con ella? ¿Por qué Rey corre de la nave de Ren que viene hacia ella a toda hostia (¿ahora sí quiere matarla?) sino es para hacer un salto mortal chulísimo que quedará muy molón en el tráiler?¿Y por qué Chewacca sale porque sí de la nave? ¿Es que quiere que lo capturen? ¿Por qué Finn no ataca a Kylo Ren si ve que Rey se está dejando el pellejo en el uso de la fuerza con la nave?
Pero bueno, no os penséis que he odiado a muerte la peli, que el odio es un sentimiento Sith y os aseguro que yo soy un Jedi tan blanco y naif como los de Abrams. No, ahora en serio. Creo que lo mejor de la peli son las escenas de contacto Ren y Rey, especialmente la que ella está dentro de sus estancias en la nave y Ren acaba deduciendo dónde se encuentra gracias al antiguo casco de Vader. Y el momento que confirma a Ren como Jedi, cuando Rey le pasa la espada con una de sus conexiones, también está muy bien encontrado.
En definitiva, se dice por ahí que puede que la nueva trilogía de Star Wars la haga Rian Johnson. Esperemos que sí. O, en todo caso, recemos para que no caiga en manos de Abrams, o de alguien de su misma escuela (la de Spielberg), sino en las de alguien que entienda que para que una saga sea inmortal no se tienen que seguir sine die los postulados de los episodios de antes de Cristo, sino que se tiene que reconvertir en algo de acorde a los nuevos tiempos sin perder su esencia. A ver qué pasa, pues…



dilluns, 18 de desembre del 2017

Sobre Star Wars Episode VIII (amb spoilers)



Com sempre que veig una pel·lícula de Star Wars no em puc estar de fer els meus comentaris. AMB SPOILERS, això sí. Aquí van: 

En primer lloc he de dir que si ve vaig criticar molt l'episodi VII per ser una còpia de l'episodi IV, estic content que l'episodi VIII hagi proposat quelcom més original i arriscat. I per això m'ha agradat més que el VII, on gairebé només hi havia nostàlgia i auto-homenatge. Amb tot, penso que la nova entrega de Star Wars és irregular. 

En primer lloc, pel que fa a la durada. És un film massa llarg. I això li cobra factura en dos sentits, per mi. Primer al principi, on se'ns mostra una llarga seqüència d'acció amb personatges terciaris que ens són una mica igual i que, esperant a veure algun dels protagonistes, et deixen bastant fred. A més, tota la primera hora de film se'm va fer molt avorrida. No em despertava cap interès. I després al final. O als finals, ja que la pel·lícula té MASSA finals. Arriba un moment on dius prou. També li juga en contra que el triple clímax de batalles creuades (Kylo-Rey, Phasma, fugida de la Resistència) sigui "tan aviat", ja que per mi és el millor de la pel·lícula, i tot el que ve després ja no arribarà a aquest nivell i em sobra. És massa tard per seguir amb una altra aventura al planeta nou. S'hauria d'haver acabat allà. 

diumenge, 23 de setembre del 2012

Cobertura de la 64a edició dels Premis Emmy




Fanàtics de les sèries de televisió, ha arribat el vostre dia. Avui se celebra la gala més important de la indústria televisiva mundial: la cerimònia d’entrega dels premis Emmy, que enguany celebren la seva 64a edició. Sigueu els primers en assabentar-vos de qui són els guardonats, gaudiu de les millors anècdotes i no us perdeu els comentaris dels protagonistes. Uniu-vos a la cobertura en directe que us ofereix Adria’s News i comenteu i divulgueu les vostres impressions amb nosaltres. Ja heu fet les vostres prediccions?


dijous, 15 de març del 2012

Bayreuth viatjarà al Liceu per a celebrar el bicentenari del naixement de Wagner



 “Barcelona és una ciutat wagneriana”. Són paraules de la besnéta del cèlebre compositor de El Crepuscle dels Déus, Katharina Wagner, que va ser ahir a Barcelona per presentar la programació especial que ha preparat conjuntament amb el Gran Teatre del Liceu pel proper mes de setembre. Una programació que donarà el tret de sortida al bicentenari del naixement de Richard Wagner, que se seguirà celebrant durant tot el 2013.
Les peces triades per aquest homenatge són l’Holandès Errant (amb representacions l’1 i el 3 de setembre) i Lohengrin (2 i 5 de setembre), que dirigirà Sebastian Weigle, i Tristany i Isolda (6 de setembre), que es representarà sota la batuta de Peter Schneider. El més rellevant, però, és que l’equip artístic que s’encarregarà del projecte serà el mateix de Bayreuth, l’imponent teatre emplaçat a Baviera que va dissenyar el mateix Wagner i que es va acabar convertint en el seu temple, la meca de la seva música. Serà la segona vegada que els artistes de Bayreuth es desplacen a Barcelona ja que des de l’any 1955 no hi havia hagut cap col·laboració, malgrat que les dues institucions musicals han estat sempre en contacte. Katharina Wagner confia plenament en el Gran Teatre del Liceu, ja que, segons ella, “és garantia de qualitat”.
“El festival s’ha pogut programar sense recórrer al pressupost intern del Liceu gràcies al patrocini de tres grans empreses (Siemens, Agbar i Banesto)”, va explicar ahir el director del teatre, Joan Francesc Marco. Això ha permès posar a la venda 11.460 entrades, el 60% de les quals ja s’ha esgotat, amb preus que oscil·len entre els 25 i els 250 euros.
El bicentenari tindrà també un pes important a Bayreuth, que celebrarà la destacada efemèride amb una programació molt especial, ja que s’interpretaran tres de les primeres òperes de Wagner: Rienzi, Les fades i La prohibició d’estimar. Aquest fet ha aixecat una forta polèmica entre els seguidors més acèrrims del cèlebre compositor ja que Wagner va deixar ben clar que no volia que s’interpretessin mai totes les seves òperes anteriors a Lohengrin i, precisament, les tres que es pretenen muntar a Bayreuth pertanyen a aquesta primera època.
Sens dubte, però, els melòmans celebraran l’aniversari del naixement de Wagner amb molt d’entusiasme, i li retran alguna tipus d’homenatge des de tots els indrets pel món ja que, deixant de banda tota la polèmica que va aixecar la seva figura en vida, Wagner va compondre una música que parla de temes universals que ja afectaven l’home fa 200 anys, però que ho continuen fent ara. Tal i com va dir la seva besnéta, “la música de Wagner parla d’amor, d’odi, de poder i d’ira. I tots aquests elements ens acompanyen cada dia i sempre ho faran”. La música de Wagner, per tant, ha aconseguit el que desitgen tots els compositors i el que el protagonista de la seva darrera òpera, Parsifal, anhelava: la vida eterna.


El teatre Bayreuth

dilluns, 12 de març del 2012

Mercedes Conde Pons: “S’ha de replantejar l’educació i donar més importància a la música”



“Per primer cop a la història, el periodisme en català de l’àmbit de la música clàssica té competència, i això és bo”. Són paraules de Mercedes Conde Pons, la jove directora de la Revista Musical Catalana (RMC), la primera revista de música clàssica de Catalunya, fundada per l’Orfeó Català l’any 1904. Adria’s News l’entrevista i li pregunta sobre la seva professió, l’evolució de la RMC i com aquesta ha rebut l’arribada de la nova revista 440 Clàssica.

Com es va introduir en el món de la música?
A casa meva la música sempre ha estat present ja que la meva mare és professora de piano a l’Acadèmia Marshal.
En quin moment decideix que s’hi vol dedicar professionalment?
A la primera joventut ja ho tenia clar. Com que no tenia bases sabia que no m’hi dedicaria com a intèrpret, però sí  que volia fer un bon servei a la música. Per això vaig decidir estudiar humanitats amb intenció de cursar periodisme després. Al final no vaig fer aquesta última carrera però, en canvi, vaig estudiar un postgrau de gestió i vaig acabar entrant al periodisme de manera natural.
Com van ser els seus inicis als mitjans?
Primer de tot vaig començar a col·laborar a la revista Òpera Actual, l’única publicació en castellà que parla sobre òpera i que no només té distribució espanyola, sinó que també s’exporta a països hispanoamericans. El cas va ser que mentre estudiava humanitats ja vaig començar a veure que m’agradava escriure i vaig buscar-me una beca de col·laboració amb aquesta revista. Primer hi col·laborava fent tasques d’arxiu per tal de conèixer com funcionava el dia a dia de la revista i, de mica en mica, em van començar a posar a prova. Va ser llavors quan vaig començar a assentar les bases del meu estil d’escriptura. En aquella època combinava l’estudi amb la feina. A més a més, quan ja estava acabant la carrera vaig començar a treballar per un diari gratuït que es deia Catalonia Today, on feia crítica de concerts. Al cap de poc temps em vaig posar en contacte amb la Revista Musical Catalana (RMC) i una cosa va portar a l’altra. De fet, crec que la millor manera de començar és aquesta, fent coses sense ni adonar-te’n, de forma relaxada. És així quan aprens més.

“Si la RMC no tingués l’Orfeó Català al darrere, no podria sobreviure”

Com es forma un periodista musical?
Un, d’entrada, s’ha d’emmirallar molt amb el que té al voltant. Si estàs envoltat de persones que estan treballant al sector a nivell professional és perquè tenen prou mèrits per fer-ho i, a poc a poc, vas agafant una mica d’aquí i una mica d’allà. D’aquesta manera comences a forjar-te un criteri i a tenir un estil propi, que vol dir que et desmarques de com fan les coses els altres i deixes de ser un imitador, ja que decideixes quines línies creus que són les millors a seguir. El periodisme és una feina mot subjectiva, i al gènere de la critica això és totalment clar. Un pot dir A i un altre B i no vol dir que un tingui raó i l’altre no. Una altra cosa que em va passar és que, a mesura que passen els anys, veus que algunes persones que eren referents deixen de ser-ho. I, finalment, hi ha la feina d’ofici: has de destacar les idees més importants, ser molt sintètic i sobretot documentar-te molt perquè no et puguin trobar cap error.
La feina de periodista musical és una feina que potser és poc coneguda i poc visible als ulls del públic...

dilluns, 5 de març del 2012

Marta Porter: “La música clàssica és al cul de la cultura”

Els dos primers números de la revista 440 Clàssica




Marta Porter és una de les periodistes musicals més destacades de Catalunya. Ha col·laborat als diaris ARA i Avui i a les revistes Òpera Actual, Time Out, Hamlet i a la Revista Musical Catalana (RMC), entre d’altres. També ha estat la primera directora de la revista 440 Clàssica, la segona revista d’àmbit català dedicada a la música clàssica. Adria’s News amb ella sobre aquesta nova publicació, sobre la seva trajectòria professional i sobre l’escenari musical del país.


Com es forma un periodista musical?
Podríem dir que hi ha tres tipus de periodistes musicals: els que venen del món de la música i després es formen com a periodistes, els aficionats a la música que de seguir-la durant tants anys s’han format un criteri musical i treballen com a crítics i, finalment, aquells que vénen del món del periodisme i en un moment donat els hi ofereixen la possibilitat d’encarregar-nos de tot el que és la música clàssica.
I quin és el seu cas?
Jo em trobo en el tercer punt. Treballava a l’Avui i m’ho van oferir perquè tenia formació de ballarina, que va molt lligat a la música clàssica. Aleshores, d’alguna manera, des que era molt petita ja la vaig anar escoltant. A més a més, el meu germà és músic i compositor i podríem dir que la meva família sempre ha estat molt aficionada a la música clàssica i ja de petita anava sovint al Palau de la Música.
Aleshores el seu bagatge familiar va ser suficient per a la seva feina?
No del tot. Quan vaig aconseguir la feina el primer que vaig fer va ser posar-me a estudiar com una boja de manera autodidacta, i vaig posar-me tots els discos que hi havia a casa i més per començar a fer comparatives, escoltant les diferències. El bo hauria estat que anés a algun lloc però com que jo ja estava treballant vuit hores al dia i no tenia temps per res, vaig decidir formar-me d’aquesta manera.
Creu que és poc coneguda la branca del periodisme musical?
És una categoria molt especialitzada dins del món del periodisme ja que hi ha molt poca gent que sigui periodista i tingui criteri musical per dir què és bo i què és dolent. A més a més, la música clàssica té un llenguatge específic, com passa en l’art i la literatura. El que passa és que has de dominar el tema des d’un punt de vista divulgatiu ja que si treballes en un mitjà d’informació diària tu saps que el teu lector pot ser algú que no hi entén gens o un superexpert.
Llavors quin és el registre que utilitza per escriure?
Ni massa tècnic ni massa divulgatiu. Si ho fas massa tècnic el que no en té idea no aprendrà ni entendrà res i si ho fas massa divulgatiu el que hi entén tampoc ho llegirà perquè el tema no li interessarà gens. Trobar el punt mig és el més difícil, el saber parlar per dirigir-te al gran públic.
Des que va començar a ser periodista musical pel Diari Avui no ha deixat el periodisme musical.
Sí, és que a mi m’entusiasma. Quan em van oferir aquesta feina va ser perquè al diari no hi havia ningú que sabés de clàssica i em van fer el favor de la meva vida. Jo sempre he pensat que, com a periodista, em volia dedicar a la dansa i a la música clàssica.

“Qui belluga la música clàssica són les discogràfiques i els agents internacionals”

Vostè sempre ha treballat en premsa. És per algun motiu en concret?
Circumstàncies de la vida. El meu pare era periodista de l’Avui i a més sempre m’havia agradat escriure. La ràdio m’agrada però no n’he fet mai i segurament, a aquestes altures, em costaria.
Com tot, la feina de periodista musical a part d’avantatges deu tenir inconvenients. Me’n sabria dir algun?
Sí, i tant. Hi ha una cosa que em molesta molt que és que la gent que tens per sobre no en té ni idea. El més difícil és convèncer un director o editor d’un diari per què publiquin la teva peça i la considerin important. Aleshores ens trobem amb l’exemple següent: si tu tens una entrevista de Montserrat Caballé, et dirà que sí. En canvi, si li dius que vols publicar una entrevista de Philippe Jaroussky, que ja comença a ser famós i esdevindrà un mite en un futur, l’hauràs de convèncer amb mil i un arguments per què te la deixi publicar. O sigui, és una feina en la qual has de treballar molt aquest aspecte cap als superiors, ja que, per a ells, el més important són els esports, la política i l’economia. I la cultura és el que queda al final. Però, fins i tot dins la cultura, el més important és el pop-rock, el cinema, els llibres i l’art i la música clàssica és al cul de la cultura. Barallar-te per aconseguir espai material per dir “això val la pena” és molt difícil. Aquest desconeixement que té gent que està per sobre teu et dificulta molt la feina.
Sens dubte, haurà conegut moltes persones interessants al llarg de la seva carrera. Qui destacaria?

dimarts, 6 de desembre del 2011

El cinema vist des de dos pols oposats



El món del cinema és un món ben complex, amb nombrosos antagonismes i dissidències internes. Potser una de les picabaralles més evident és la que es disputen la indústria de Hollywood, molt tecnòfila i explotadora de les noves tecnologies i el Grup Dogma 95, molt més purità i tecnòfob. No cal posicionar-se a favor de cap bàndol per afirmar que la tecnologia avança de manera natural i amb una lògica pròpia. En el món del cinema això és ben evident ja que no només han estat els aparells i les càmeres els que han millorat amb el pas del temps, sinó també les maneres d’encarar la preproducció, el rodatge i la postproducció. També s’ha vist afectada la distribució, els mètodes de conservació i restauració de les pel·lícules i, fins i tot, la manera de narrar la història i escriure el guió ha canviat ben ràpidament. I malgrat haver viscut de manera simultània tots aquests canvis, Hollywood i el Grup Dogma 95 han encarat l’evolució de les noves tecnologies d’una manera oposada.

La indústria de Hollywood ha aprofitat les noves tecnologies per crear un nou cinema cada vegada més espectacular i ple d’efectes especials que té més amb comú amb la televisió i la publicitat que no pas amb el novè art. I l’única manera que té per aconseguir aquestes vicissituds són els pressupostos milionaris de les majors, que contribueixen a la constitució d’un producte cinematogràfic que permet que l’espectador se submergeixi en una espiral de sensacions cada vegada més al·lucinants i autèntiques.

Per altra banda, una altra aposta de la indústria de Hollywood és l’animació, un gènere que va creixent amb el pas dels any. I les pel·lícules amb aquest format precisament serveixen per atreure a les sales el públic més jove ja que les contínues millores en la tècnica permeten la creació de films cada vegada més detallistes i més precisos en el traspàs de les emocions humanes a figures inanimades que són un al·licient important per als més joves de la família.

El Grup Dogma 95, en canvi, encara les transformacions tecnològiques d’una manera molt diferent. Els seus impulsors, Lars Von Trier i Thomas Vintenberg, demanaven un cinema més auster quan van firmar “El vot de castedat”, nom que li van atorgar a les bases del seu pensament. Aquest manifest parlava de naturalitzar el procés cinematogràfic oferint només pel·lícules de 35mm en color, sense cap mena d’efectes especials ni flashbacks temporals, i que estiguessin rodades en la seva totalitat en espais exteriors, sense la necessitat de platós o estudis. Aquests films, a més a més, no podien ser de gènere i el nom del director no podia aparèixer als crèdits. El resultat eren pel·lícules molt més profundes i dramàtiques, en certa manera, on la interpretació dels actors i la seva quotidianitat eren els elements més importants a tenir en compte. A més a més, la característica estructura de happy-end s’havia acabat.

El problema de tot plegat és que el públic no està gaire avesat al cinema del tipus Dogma 95 i allò que ells consideren normal, pels espectadors és més antinatural que les convencionals pel·lícules de Hollywood, els cànons de les quals ja han assimilat. Per tant, i com gairebé tota proposta avantguardista, el Dogma 95 pot acabar dissolent-se per falta de seguidors, per una banda, i per l’altra, pel fet que alguns dels seus membres no són conseqüents amb les bases firmades, que acaben esdevenint, sobretot, una provocació.